Escapismo


FIN DE AÑO
26 diciembre 2010, 11:24 am
Filed under: Ficción

Faltan cinco días para que el año acabe. El profesor, recién levantado y en pijama, está ojeando la sección de anuncios del periódico, siempre lo hace, cuando, entre reclamos de abogados, putas y cines, le llama la atención uno, pequeño y en negrita, que dice:

“¿Te entristece cenar solo en Nochevieja? ¿Te han dejado plantado tus amigos? No lo dudes, apúntate a “La cena de los colgados”, un grupo variopinto de personas que no quieren cenar solos. Telf. 875009823.»

Lo lee varias veces. Cena solo esa noche desde hace años, y aunque ya no le entristece, acaba de cumplir los cincuenta y le atrae la idea. ¿Por qué no?, se dice. Llama, y un hombre de voz acogedora le da los detalles sin preguntar nada.

Llega el día y el plan es apetecible. Duda que ponerse para la cena, al final opta por camisa y pantalón negro. Se mira al espejo y todavía se considera un hombre capaz de conquistar. La cita es a las ocho y media, han quedado pronto para conocerse, descubre con sorpresa que la cena se celebra en una casa. Delante de la puerta, nervioso, respira hondo, no sabe qué se va a encontrar. Abre una mujer de unos treinta años, rellenita y poco atractiva, campechana se presenta como Loli, la dueña de la casa. Le coge el abrigo y le hace pasar al salón. Es una estancia con paredes vacías y muebles baratos, no le parece acogedora, nota frío. Las cuatro personas que hay allí se levantan a saludarle: dos hombres más mayores, o peor conservados, de aspecto gris, un funcionario de correos y el otro policía jubilado, una anciana elegante, gozosa por la novedad de la cena, y su hijo ya adulto, que esboza una sonrisa lela y al que se le nota un retraso mental.
Se encuentra allí, en medio de ese salón, con desconocidos que nada tienen que ver con él y se siente más solo que nunca. El sonido del trajín de Loli en la cocina, por algún motivo, le provoca una tristeza plomiza. Quiere preguntar si falta alguien pero no se atreve por miedo a que le contesten que no. Trata de ser agradable pero está arrepentido de haber ido, y no le apetece hablar. Se sienta en el sofá con una sonrisa y espera que no noten que es fingida. Todavía incómodo con la situación, suena el timbre, su corazón se sobresalta. Contiene su alegría para no crearse expectativas. Entra una mujer, le echa cuarenta y tantos años, con un pelo rubio platino que no le favorece y un vestido negro que disimula sus carnes al límite del desbordamiento. Se presenta con una sonrisa, y él, al verla de cerca, percibe una chispa en su cara y le gusta. Dice que se llama Teresa, y lo hace de una forma que se le antoja sensual.
Loli trae unas cervezas, y él, con el estado de ánimo recobrado, se vuelve dicharachero y ocurrente. Cuenta tropelías de sus alumnos, el funcionario de correos le acompaña con anécdotas de cartas perdidas y el policía con casos truculentos, todos ríen. Él antes de sentarse a cenar asegura que el 2011 va a ser un buen año y la mira a ella, a Teresa, que tímida desvía los ojos hacía el suelo.
La cena transcurre con la misma energía positiva. Él consigue sentarse frente a ella, y a cada rato le gustan más sus ojos felinos y su piel clara, y los hoyuelos que la hacen parecer aniñada. Como hombre cortés le sirve vino, pela un langostino y se lo ofrece, ella, complacida, lo acepta y a continuación unta paté en un panecillo que le alarga, él roza sus dedos al cogerlo. Todos beben y comen, la reunión está animada.
Son casi las doce, recogen los platos y él ayuda a llevar a la mesa los boles con las uvas. Le invade la euforia, es la mejor Nochevieja en muchos años, y también va a ser un buen año. Y esta cena es la primera prueba. Aparece el reloj enorme en el televisor, todos, con el bol en la mano, clavan los ojos en él, a excepción de la anciana que parece ajena pelándole las uvas al hijo que palmotea entusiasmado. Entre risas y frases triviales suenan los cuartos, sostienen la primera uva entre los dedos. Comienzan las campanadas y dejan de hablar. Él, engullendo uvas, contempla a Teresa, que ríe con las uvas amontonadas en la boca y que ahora no esquiva su mirada. El policía, con los carrillos llenos, arenga: “vamos, que quedan dos”. Cuando suena la última y los boles quedan vacíos, se escucha en el televisor el grito al que todos se unen:
¡FELIZ AÑO NUEVO!

P.D. Lo mejor de este año ha sido, sin duda alguna, este blog: escribir y vosotros, los que me leéis. Gracias. Feliz 2011.


29 comentarios so far
Deja un comentario

Jo, me ha encantado…. feliz 2011 guapa… que te lo mereces, que nos lo merecemos leche!!! besoooos (y ya me contarás lo del libro, lo quiero!!)

Comentarios por Latere

¡Claro que nos lo merecemos!. Presiento que este año va a ser mejor que el anterior, 😉
Lo del libro era un hablar, pero quién sabe, igual lo intento. Besazos

Comentarios por Elena

Es aun 26 por aquí. He llegado a mi sitio. Después de la cena de navidad, en el que hubo de todo. Éste lugarcito es mío y al ir abriendo los cibros contenidos, me encuentro con tu texto. Siempre atrapante tu prosa, tus inicios y tu deseos para con tus lectores, me incluyo entre ellos y no dejo de desearte mis parabienes, el deseo del libro, y seguramente muchas cosas más. Mi deseo para contigo es que sigas deleintandonos con tu manera de escribir y tu imaginación. Anexo una salud potento y un ánimo de poca madre… como decimos por aca…
Besos Rub

Comentarios por rubengarcia

Gracias Rub, aunque intento no desear demasiado estaría bien que en el año que entra consiguiera cumplir alguno, seguro que sí. ¡Eso!, la salud y el ánimo que no le falte a nadie. A ver donde me lleva la escritura…
Un abrazo.

Comentarios por Elena

Hola Elena:
Me ha encantado. Tienes una gran facilidad para crear personajes vivos y tangibles que me da envidia… la situacion es perfecta, mezcla soledad y deseos.
Te agradezco la mencion a tus lectores, yo soy un privilegiado de poder leerte.
besos y feliz 2011

Comentarios por Javier Revolo

Es cuestión de practicar y escribir hasta que vayan saliendo personajes mejores. Soy más de trabajar en ello que de talento.
Sin vosotros los lectores el blog no existiría.
¡Gracias Javier, y besos!

Comentarios por Elena

igualmente amigo, te deseo lo mismo y feliz turrón

Comentarios por JG

Eso si le gusta el turrón, que no lo sabemos, 😉

Comentarios por Elena

A lo largo de todo el relato he estado esperando que ocurriera alguna desgracia al pobre hombre…vaya! Parece que esta vez las cosas nos van a ir bien…digo…le van a ir bien 😉 Esperemos que así sea! Feliz Navidad desde DF tía…te quiere tu sobri

Comentarios por Ana

😀 Pues sí, acabo el año positiva para que veas que me lucen las charlas de Gonzalo.
Pásalo bien por ese México y ten cuidado. ¡Empieza el año…y ya queda menos para que vuelvas! Besazos

Comentarios por Elena

Aunque todavía faltan unos días, feliz año nuevo para ti también; y para todos tus personajes.
Un besazo, guapa.

Comentarios por Ainhoa

Gracias Ainhoa, espero que sigas leyendo las peripecias de mis personajes el año que viene.
¡Este año lo empiezas diferente!
Besitos

Comentarios por Elena

Un texto muy lindo, otra faceta del espíritu navideño.

Muchas felicidades, Elena. Brindaré por un 2011 lleno de amor y mucha tinta sobre el papel!!

Comentarios por blopas

Gracias blopas. ¡Me parece un buen brindis para comenzar el año! Que así sea. Un abrazo.

Comentarios por Elena

Estare sentimental, pero me ha encantado la posdata.
Feliz año nuevo para ti tambien.

Comentarios por blanca

Pues sí, porque mira que es sencilla. 🙂 Pero es que además es cierta.
Este año que entra tienes acontecimientos que harán que sea un buen año para ti, ¿no crees?
Besitos hermana.

Comentarios por Elena

Esperaba un atragantamiento de uvas o algo asi… Te has pasado al lado «moñas» ? Te ha invadido el espíritu navideño ?

Conste que tiene final feliz, pero ha estado a un pelo de ser un desastre total. Todo lo cambia el «sexo». Asi que ya no lo veo tan «moñas»

Que tengas muy buen año Elena. Te seguiré.

Comentarios por charradetas

Dame un respiro, jaja, «moñas» del todo no creo que sea nunca. Estoy de acuerdo en que el sexo lo cambia todo, para bien o para mal. Terminar el año siempre me remueve, y quería un final feliz. Gracias charradetas, nos seguiremos entonces.

Comentarios por Elena

Que se me ha publicado el comentario sin querer.
Tengo que decir que la situación en la cena se me ha hecho insoportable. He vivido todo su «Plof» de una forma extrema. Menos mal que aparece Teresa que, por otra parte no se sabe muy bien si va a ser algo positivo, pero que al menos deja una puerta abierta y un interrogante para pensar. Como todos tus relatos. !Feliz 2011! Que escribas mucho y con placer. !Muuuas!

Comentarios por Fátima

Lo importante es que haya una puerta abierta, luego que se de un paso adelante o no es otro asunto, ;-)¡Aunque yo voto por darlo!
Besazos.

Comentarios por Elena

Pues no te creas que sería mala idea montar esas cenas de Nochevieja, muchos se apuntarían antes que estar sentado al lado de sus cuñados que le repiten las mismas frases hechas de todos los años…

Comentarios por Miguel Baquero

A mí me parece una buena idea, creo que al final serían multitudinarias, y la gente ligaría un montón, se harían amigos, etc, solo le veo ventajas.

Comentarios por Elena

Me ha gustado especialmente la parte triste (antes de aparecer Teresa), tan real…

Saludos.

Comentarios por Alan Rulf

La escritura es un escapismo y al final siempre acabo contando la cruda realidad.
¡Gracias por la visita!

Comentarios por Elena

Bonita historia para acabar/empezar año… y feliz 11!!!
😀

Comentarios por Mr. Rific

Lo mismo, a ver tus historietas hacia donde te llevan…

Comentarios por Elena

Feliz año 2011 y muchas historias como esta. Un abrazo !!!

Comentarios por minicarver

Que bueno. Yo también esperaba un pellejo de uva atragantando a alguien, jaja.
Los patéticos también tienen derecho a la ilusión y a la esperanza, así por qué no finales buenos de vez en cuando….

Comentarios por ucomin

Bueno, yo no lo veo patético, pero está claro que os tengo acostumbrados a finales fatales, jeje. Hasta me han llamado moñas! 😀

Comentarios por Elena




Replica a blopas Cancelar la respuesta